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miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Capello de Utrera

Joaquín Caparrós llegó al decadente Deportivo post Champions con la misión de inyectar adrenalina a una plantilla con más pasado que futuro. Se trataba de marcar un cambio de ciclo, de estrenar traje nuevo, de mudar de estilo para encontrar la ilusión. El de Utrera se llenó de teatralidad para vender un proyecto basado en la intensidad, la mentalidad colectiva y la cantera.

La grada compró el discurso deslumbrada con la excitante promesa de un equipo de gladiadores salpicado de los Reyes, Navas o Capel en versión herculina. El técnico andaluz se inventó las pretemporadas "army style" con tres sesiones diarias, pulsómetros y papillas mágicas del doctor Escribano y sustituyó el "bos días, buenos días" de Jabo Irureta por el chascarrillo sureño. En definitiva, el club se apartó del pasado cuanto pudo.

La distancia con su predecesor pronto se haría patente también en los despachos. De la mano izquierda de Irureta se pasó a las turbulentas salidas de Scaloni y Tristán; de la discreción del irundarra, a las rajadas públicas de Caparrós; de la fidelidad del vasco, firmando año a año, al intento de espantada del utrerano a Osasuna. El perfil por el que fue contratado se volvió en contra de su continuidad y provocó un nuevo cambio de ciclo.

El ruido general alrededor de cuestiones extradeportivas sirvió para alejar del primer plano el debate sobre las carencias futbolísticas del manual caparrosiano. Un ideario que en el Ono Stadi presencia cada domingo menos público y que se cruza ahora en el camino copero del Dépor. Una propuesta que, visto lo visto en Liga y la ida de Copa, nadie echa de menos en la grada de Riazor.

1 comentario:

  1. Bufff, que horror de recordos.

    Colleu un equipo que non era o de anos atrás, pero tampouco era tan malo. Dedicouse a devaluar o equipo constantemente, falando mal de todos...parecía que el non era culpable de nada e ninguén estaba á súa altura.
    Eu penso que moita xente deixou de ir a Riazor non porque o depor deixara de pelexar por títulos, senón porque pasamos de xogar de cine a xogar de pena. Creo que só o queren en Santa Comba.

    @asdetrunfos

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